El inicio de la leyenda

Led Zeppelin

Led Zeppelin

Rock, Blues-rock, 1968.


Led Zeppelin no era un grupo británico al uso. No se trataba de una banda de blues clásico, ni de un conjunto de revitalizadores del rock’n roll. Tampoco eran ruidosos representantes del ‘maximum R&B’ o del power-pop, ni exploradores de caminos psicodélicos a través del pop y el rhythm’n blues. Por el contrario, el grupo de Robert Plant, Jimmy Page, John Paul Jones y John Bonham utilizaban su virtuosismo instrumental para reunir características de todos los estilos de la música británica de la época, dando como resultado un sonido original y único.

Este primer disco contiene piezas casi perfectas del todavía incipiente rock duro, versiones de clásicos del blues, miradas a sonidos ‘folkies’ y expediciones hacia destinos musicales más intrincados, una mezcla que supuso una novedad en el panorama musical de la época, descubriendo nuevos itinerarios a bandas ya existentes y marcando la línea a seguir por muchos grupos, desde la época hasta la actualidad.

Esta primera joya de la factoria Zeppelin se abre con una canción inconmensurable, que da buena muestra del potencial y de las características futuras de la banda, ‘Good times, bad times’, con un potente acompañamiento de batería y un virtuoso ‘riff’ de guitarra. Otras grandes piezas del disco son la intensísima balada ‘Dazed and confused’ y un ‘hit’ casi punk (o pop), ‘Communication breakdown’.

La más que evidente influencia ‘bluesera’ de la banda se pone de manifiesto con las versiones de ‘You shook me’ y ‘I can’t quit you baby’, mientras que ‘Black mountain side’ se encarga de mostrar otra de la grandes pasiones de la banda, sobre todo de Jimmy Page, el folk.

‘Babe I’m gonna leave you’ y ‘Your time is gonna come’ muestran una cara menos conocida de los Zeppelin, esas canciones de estética ‘hippie’ que, a partir de este momento, tendrán un peso menor en sus discos en favor de las descargas de riffs ‘hard-rockeros’, si bien no desapacerán por completo de sus grabaciones.

Cierra el disco ‘How many more times’, una larga pieza de inspiración blues en la que los músicos se dan tiempo para improvisar y mostrar sus habilidades.

El inicio bluesero de una turbulenta historia

Fleetwood Mac

Fleetwood Mac

Blues, 1968.


Fleetwood Mac se ha labrado un nombre en el mundo de la música gracias al pop adulto y bienintencionado de discos como ‘Rumours’. Sin embargo, sus inicios y su desarrollo fueron bien distintos, dando paso a una turbulenta historia con numerosos cambios estilísticos y de formación. Lejos de los melodiosos coros de Stevie Nicks y Christine McVie, Fleetwood Mac surgió bajo el liderazgo de Peter Green, uno de los excelsos guitarristas salidos de los Bluesbreakers de John Mayall, como Eric Clapton o Mick Taylor.

En el seno de este grupo, Green trabó conocimiento con John McVie y Mick Fleetwood, los miembros más longevos del grupo a lo largo de su historia, y comenzaron a perfilar su nueva banda y un repertorio de blues de Chicago. Con la incorporación del guitarrista Jeremy Spencer, amante e imitador de Elmore James, dio comienzo la historia del mejor grupo de blues británico de finales de los 60, con permiso del citado John Mayall. A pesar de ello, pronto abandonarían este camino por composiciones más complejas y ‘hippie-psicodélicas’ y, más tarde, se vería truncado por el abandono de Peter Green debido a sus problemas mentales y con las drogas.

Su disco de debut, el de “el perro y la basura”, rebautizado por la industria como ‘Peter Green’s Fleetwood Mac’, al igual que la banda, contiene doce piezas de blues sin complejos, hechas sin pretensiones artísticas o estilísticas, pero con un gran conocimiento y amor por esta música, como bien se demuestra en las interjecciones y jaleos que se oyen durante los solos o tras los versos, dotando al disco de un ambiente especial, distinto al de otros álbumes.

‘My heart beats like a hammer’ abre el disco con fuerza, una canción marchosa que tiene su continuación en la inconmensurable versión del clásico ‘Shake your money maker’. La inspiración en el rhythm’n blues queda patente en canciones como ‘Long grey mare’, ‘My baby’s good to me’ y ‘Got to move’, así como en ‘No place to go’, con un ambiente más del Delta que de Chicago.

Además, Green, Spencer, McVie y Fleetwood también se atreven con baladas blues, como el impresionante ‘Merry go round’, ‘Looking for somebody’, ‘I love another woman’, precursor de su futuro éxito ‘Black magic woman’, o ‘Cold black night’. Mención aparte merecen la versión al piano del clásico de Robert Johnson ‘Hellhound on my trail’ y el blues acústico ‘The world keeps on turning’.