The Rolling Stones
Rock, 1972.
Cansados de las fiestas y una vida social más que activa, que les habia hecho tener bastante mala prensa a ambos lados del Atlántico, The Rolling Stones decidieron tomarse un respiro de esta agitada agenda a principios de los setenta para sentarse a preparar un nuevo disco que, a la postre, sería una de las propuestas más completas, innovadoras y talentosas del quinteto de Jagger y Richards. 'Exile on Main Street', disco doble de dieciocho canciones, 'rara avis' en la época, fue gestado en una lujosa casa de campo de la Bretaña francesa donde los Stones y un selecto grupo de amigos invirtieron unos meses de descanso de su vida festiva para rematar un álbum en el que se dejan ver todas las influencias y capacidades de Sus Satánicas Majestades.
Blues, soul, rock'n roll visceral y riffs 'stonianos' se conjugan a la perfección para dar luz a este 'exilio en la calle Mayor' en el que los cinco Stones contaron con la ayuda de músicos de la talla de Bobby Keys, Billy Preston o Mac 'Dr. John' Rebenack.
A pesar de la grandeza de este álbum, su repertorio no incluye ninguna de las canciones más afamadas de los Stones, al margen de dos joyas menores que no faltan en casi ningún concierto, 'Tumbling dice' y 'Happy', aunque la valía del mismo se encuentra precisamente en cómo Jagger, Richards y compañía bucean en los sonidos más clásicos, en todos los estilos, en las raíces del rock'n roll, para llevarlos a su terreno, empaquetarlo todo magistralmente y ofrecérselo como regalo a sus seguidores.
El magnífico riff guitarrero de 'Rocks off' abre el disco para recordar al oyente que, al margen de lo que va a escuchar, se trata de un disco de los Stones, que no pueden olvidar su rock'n roll callejero, sucio y lujurioso ni en esta canción ni en 'All down the line', 'Soul survivor' o 'Stop breaking down', así como tampoco en 'Tumbling dice' o 'Happy'. De influencia más clásica son otras canciones rockeras, como el frenético 'Rip this joint' o el cavernoso 'Shake your hips'.
Sin embargo, lo más llamativo de este disco es la capacidad del quinteto para calzarse a la perfección trajes de otros estilos. Así, Jagger, richards y los suyos abordan canciones folk ('Turd in the run', 'Sweet black angel'), blues de diferentes sonoridades ('Casino boogie', 'Ventilator blues'), country ('Sweet Virginia') y, sobre todo, soul y gospel, con las magníficas baladas 'Loving cup', 'Torn and frayed', 'Shine a light' y 'Let it loose'.
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