El inicio bluesero de una turbulenta historia

Fleetwood Mac

Fleetwood Mac

Blues, 1968.


Fleetwood Mac se ha labrado un nombre en el mundo de la música gracias al pop adulto y bienintencionado de discos como ‘Rumours’. Sin embargo, sus inicios y su desarrollo fueron bien distintos, dando paso a una turbulenta historia con numerosos cambios estilísticos y de formación. Lejos de los melodiosos coros de Stevie Nicks y Christine McVie, Fleetwood Mac surgió bajo el liderazgo de Peter Green, uno de los excelsos guitarristas salidos de los Bluesbreakers de John Mayall, como Eric Clapton o Mick Taylor.

En el seno de este grupo, Green trabó conocimiento con John McVie y Mick Fleetwood, los miembros más longevos del grupo a lo largo de su historia, y comenzaron a perfilar su nueva banda y un repertorio de blues de Chicago. Con la incorporación del guitarrista Jeremy Spencer, amante e imitador de Elmore James, dio comienzo la historia del mejor grupo de blues británico de finales de los 60, con permiso del citado John Mayall. A pesar de ello, pronto abandonarían este camino por composiciones más complejas y ‘hippie-psicodélicas’ y, más tarde, se vería truncado por el abandono de Peter Green debido a sus problemas mentales y con las drogas.

Su disco de debut, el de “el perro y la basura”, rebautizado por la industria como ‘Peter Green’s Fleetwood Mac’, al igual que la banda, contiene doce piezas de blues sin complejos, hechas sin pretensiones artísticas o estilísticas, pero con un gran conocimiento y amor por esta música, como bien se demuestra en las interjecciones y jaleos que se oyen durante los solos o tras los versos, dotando al disco de un ambiente especial, distinto al de otros álbumes.

‘My heart beats like a hammer’ abre el disco con fuerza, una canción marchosa que tiene su continuación en la inconmensurable versión del clásico ‘Shake your money maker’. La inspiración en el rhythm’n blues queda patente en canciones como ‘Long grey mare’, ‘My baby’s good to me’ y ‘Got to move’, así como en ‘No place to go’, con un ambiente más del Delta que de Chicago.

Además, Green, Spencer, McVie y Fleetwood también se atreven con baladas blues, como el impresionante ‘Merry go round’, ‘Looking for somebody’, ‘I love another woman’, precursor de su futuro éxito ‘Black magic woman’, o ‘Cold black night’. Mención aparte merecen la versión al piano del clásico de Robert Johnson ‘Hellhound on my trail’ y el blues acústico ‘The world keeps on turning’.

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